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Ficha Técnica

Todo lo que somos juntos
Autor: Alice Kellen
Editorial: Editorial Planeta
Fecha de publicación: 2019
Nº de páginas: 382
Sinopsis:
Han pasado tres años desde la última vez que se vieron. Ahora, Leah está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería.
Y, pese al pasado, Axel necesita formar parte de un momento como ese.
Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Leah tiene que tomar decisiones que pueden cambiarlo todo, porque, a pesar de lo que ocurrió, los recuerdos de toda su vida siguen ahí; intactos, bonitos, únicos. Colándose en cada grieta que aún no ha cerrado.
Porque él sigue siendo el chico que aún no ha olvidado.
Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.
Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.

«Quería que vivieses, Leah. Y que después de vivir, me eligieses a mí.»
Axel
Si en Todo lo que nunca fuimos Leah estaba completamente enamorada de Axel y este trataba de luchar contra sus sentimientos, en Todo lo que somos juntos los papeles se alternan. Han pasado tres años del final de Todo lo que nunca fuimos y nos encontramos con un Axel destrozado que aún extraña a Leah, que aún espera que vuelva.
Lo cierto es que, si el primer libro estaba centrado en Leah, o más bien en los sentimientos y la evolución de Leah, en este libro podemos conocer realmente a Axel. Habíamos podido intuir sus demonios en la primera parte y aquí por fin les ponemos cara. En realidad, lo que me llama mucho la atención es que, a pesar de sus diferencias, en realidad se parecen más de lo que se puede pensar en un principio. Siempre se menciona lo intensa que es Leah, la forma que tiene siempre de sentirlo todo, y se cree que Axel es distinto porque parece tomárselo todo con ligereza, como si nada importara, pero realmente, pronto vamos descubriendo que, cuando algo le importa, es o todo o nada, siente con una gran intensidad, tanta, que a veces le desborda.
Resulta triste ver como muy poca gente realmente conoce a Axel, muy poca gente realmente lo ve, es por eso por lo que conecta tanto con Leah, porque ella lo ve, ve más allá de esa pose despreocupada que tiene —o al menos, está dispuesta a intentar conocer más de él desde su idealización—, algo que ni su propia familia parece poder hacer. Y en realidad, la ruptura con Leah, perder a Oliver como amigo, ayuda a Axel a abrir los ojos y darse cuenta de muchas cosas que sucede a su alrededor: conocer más de lo que ocurre en su propia familia y descubrir una gran relación con su hermano, quien parece ser él único que realmente le apoya con todo lo que está pasando.
«Debería haberme dado cuenta de lo mucho que la querías, pero es que me resultó difícil encajarlo porque jamás se me hubiese pasado por la cabeza.»
Georgia
Más allá de la manera en la que Leah lo ve a él, Axel también es capaz de comprenderla a ella al instante, la manera en la que la ve a través de su pintura, la manera en la que es capaz de captar sus sentimientos es bastante mágica. Y el amor está ahí, imborrable, y Axel es incapaz de seguir alejado, de no intentarlo, porque quiere cualquier cosa que ella le dé.
«Yo no sabia que un abrazo podía ser más que un beso, más que cualquier declaración, más que el sexo, más que todo. Pero aquel abrazo lo fue.»
Axel
Pero Leah le odia, o al menos eso cree, pero no creo que le odie tanto a él como al hecho de que rompió su idealización de él, de que rompió esa imagen que tenía y mostró sus debilidades, decepcionándola. Le odia porque la deja sin red de seguridad, porque la obliga a vivir y eso la aterroriza. Aun así, estoy totalmente de acuerdo en que Axel, en gran parte por sus propios miedos y complejos, es un cobarde o lo es casi toda la historia.
Pero Leah también tiene sus defectos, y uno de ellos que a mi personalmente me chirría mucho, es esa forma que tiene de utilizar a los demás para apoyarse, a veces incluso, aprovechándose de sus sentimientos. No es algo que haga conscientemente, pero lo hace con Landon y también da la sensación de que lo hace con Kevin antes (en una parte de la historia que no está), los utiliza para, no ya para no extrañar a Axel, sino para no estar sola. Y aunque Alice resuelve ese conflicto dándoles finales felices a los dos después de que Leah los deje, la verdad es que en la vida real tenemos la capacidad de hacer daño a mucha gente con esas cosas.
He de decir, que la lectura de este libro se hace algo más accidentada, quizá porque da esa sensación de repetición a la inversa y porque hay algunas cosas que se estiran demasiado, sin embargo, tiene algunas partes que son sin duda de las mejores de la bilogía.
En esta historia no sólo hay un Axel más maduro, más seguro de sí mismo y lo que quiere, sino también una Leah más rehecha más recuperada del duro golpe que fue la muerte de sus padres. Y el verla más rehecha, mejor que en la primera parte al menos, nos hace quizá no percatarnos de que ella sigue todavía un poco adormecida.
Cuando están en París, cuando todo se arregla entre ellos dos y vuelven juntos, se hace cada vez más patente que a ella le falta aún un gran camino por recorrer, pero es un camino que debe hacer sola. Me parece muy importante de este libro que muestre que no todo se arregla cuando él llega y te dice que te quiere, ni cuando tú le quieres de vuelta a él. Que más allá de el amor que puedan tener el uno por el otro, tienen muchas cosas que resolver en ellos mismos.
El final de este libro es quizás mi parte favorita de la bilogía, como ella es capaz de enfrentarse a sus miedos y como él es capaz de dejarla libre realmente para decidir quién quiere ser. Creo que esa escena cuando él recibe el vinilo de los Beatles con ese submarino amarillo, ese mensaje que solo ellos conocen, y cómo él reacciona al verlo es simplemente preciosa.
Es entonces cuando realmente su amor es un amor sano, o al menos está en proceso de serlo, porque antes, aunque tienen momentos muy bonitos, siempre hay como algo que se impone entre ellos, algo que ensombrece la relación.
Durante todo el libro se ve como ella depende de otros, como todos están pendientes de ella por si se cae, es por eso que la relación cae en cierto paternalismo a veces, pero ella sabe que eso no es sostenible. Necesita ser capaz de sostenerse sola, crecer, porque la necesidad no puede ser la que domine su relación.
Y no solo ella necesita ese tiempo, también Axel lo necesitaba para poder finalmente enfrentarse a lo que pintar representa para él, ahora sabe que puede caerse y levantarse, enfrentarse a esto con Leah, verla luchar contra sus demonios, le hace ver en parte que fallar no tiene porque ser el final y eso le da fuerza para intentarlo de nuevo.
«Somos los amaneceres en la playa y el sonido del mar, somos las noches de estrellas en la terraza, las ganas de desnudarnos, nuestras canciones, el rojo del atardecer y todos los trazos que he hecho pensando en ti. Somos estas paredes que te rodean, lo que hemos vivido. Y también todo lo que está por llegar.»
Axel
Sin duda, la novela, la biología en sí, tiene sus altos y sus bajos, pero en general es una gran lectura. La magia de Alice para crear a sus personajes y contar toda una historia a través de ellos, a través de sus sentimientos es espectacular. No puedo esperar a ver qué es lo próximo con lo que nos sorprende esta autora.

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