Ficha Técnica

Sinopsis:

La razón y el deseo entran en conflicto en este romance de verano ambientado en Italia.

Maya Killgore tiene veintitrés años y todavía está en proceso de descubrir qué hacer con su vida. Conor Harkness tiene treinta y ocho, y Maya no puede dejar de pensar en él.

Es un cliché tan manido que le va a explotar el corazón: hombre mayor y mujer más joven; ricachón que trabaja en el sector biotecnológico y estudiante de posgrado con dificultades para llegar a fin de mes; el mejor amigo de su hermano y la chica en la que él ni se había fijado. Como bien le ha dicho Conor en más de una ocasión, la dinámica de poder está demasiado descompensada. Cualquier relación entre ellos sería conflictiva por muchos motivos, así que Maya debería quitárselo de la cabeza. Al fin y al cabo, Conor ha dejado claro que no quiere que ella forme parte de su vida.

Pero no todo es lo que parece, y los clichés a veces pueden convertirse en un giro en la trama.

Dado que el hermano de Maya ha optado por celebrar su boda en Taormina, ella y Conor acaban teniendo que pasar más de una semana juntos en una romántica villa siciliana. Allí, en la maravillosa costa jónica, entre ruinas antiguas, comida deliciosa y cuevas naturales, Maya se da cuenta de que Conor quizá le oculta algo. Y, cuando la boda en Italia empieza a traer problemas, decide que a lo mejor lo único que necesita es vivir un amor de verano complicado.

«Hace una buena noche para mirar las estrellas…»

Connor

Tenía muchas dudas sobre este libro y es posible que, si la autora hubiera sido otra, simplemente lo hubiera descartado cediendo mi tiempo a otra novela. Sin embargo, Ali Hazelwood tiene algo, una manera de componer sus historias, de trazar sus personajes y los conflictos… que me atrapa por completo, y quizás por eso decidí darle una oportunidad. Honestamente, me alegro de haberlo hecho, porque la novela ha acabado por conquistarme como solo su autora sabe hacerlo, aunque las cuestiones que me tenían reticente no han dejado de estar ahí.

Ya conocíamos a sus protagonistas de No es amor, una novela que, si bien no es imprescindible, leerla antes da mucho significado a algunos momentos, e incluso te hace comprender mejor a los personajes. Y bueno, debo reconocer que a mí me encanta ver un poquito más de las parejas una vez su historia está cerrada, y Rue y Eli me han parecido adorables. Pero no es solo eso, haber leído No es amor también te permite tener una visión de cómo los demás perciben la relación entre Conor y Maya y esto, en esta historia concreta, es importante, porque creo que uno de los ejes principales de esta novela es precisamente eso: la diferencia entre cómo se percibe y cómo es su relación.

Esta diferencia es algo que domina la novela, y que a mí, en parte, como lectora, también me ha dominado mucho, sobre todo al principio, donde solo se puede ver la enorme diferencia de edad entre ellos (quince años, nada menos) y donde se acentúa quizás lo opuestos de sus caracteres (ese grumpy x sunshine que tanto nos gusta a veces). Pero lo cierto es que, conforme avanza la historia y descubrimos matices, así como adquieren profundidad estos personajes, vemos como todo empieza a encajar de alguna manera. Debo reconocerle a Ali una cosa, y es que ha hecho un tratamiento espectacular del tema, creo que lo ha desarrollado con cuidado y sabiendo muy claramente donde estaban las flaquezas de este romance, y que era lo que se iba a criticar en esta temática.

Y es que la edad es solo un número sí, pero una diferencia de edad tan grande puede ser también una diferencia en momentos vitales, en madurez, y en hitos conseguidos y sueños por cumplir; una diferencia que puede ser mortal en una relación profunda y seria. Aun así, Hazelwood consigue hacerte creer, quizás porque nos dibuja a una Maya enormemente madura, y a Conor mucho más comprensivo y paciente de lo que uno podría llegar a imaginar, y a ambos con unas aspiraciones y unos sueños lo suficiente cercanos para acortar la distancia de la edad.

Así, una vez más, traza una historia que te enamora, y todo ello aderezado con unos paisajes y unos lugares maravillosos que, yo, que he tenido la suerte de estar en Taormina, no he podido evitar añorar. ¿Qué puedo decir? Una vez más Ali lo ha logrado, ha conseguido conquistarme, enamorarme por completo, incluso bajo la estela de una galaxia casi extinta. Solo puedo deciros que, si no habéis leído a esta autora… tenéis que hacerlo.

Valoración: