Ficha Técnica

Sinopsis:

Scarlett Vandermeer nada a contracorriente. Está cursando tercero en la Universidad de Stanford y su especialidad es el salto de trampolín. Prefiere pasar desapercibida para poder concentrarse en ingresar en la Facultad de Medicina y en recuperarse de la lesión que estuvo a punto de acabar con su carrera. No tiene tiempo para relaciones, o al menos eso es lo que se dice a sí misma.

Lukas Blomqvist, capitán de natación, campeón del mundo y el chico de oro de todo lo que tenga que ver con el agua, adora la disciplina. Gracias a su capacidad para centrarse plenamente en cada brazada, bate récords y gana medallas de oro. A primera vista, Lukas y Scarlett no tienen nada en común. Hasta que un secreto bien guardado sale a la luz y lo cambia todo.

Entonces llegan a un acuerdo. Y, a medida que se incrementa la tensión por la llegada de los Juegos Olímpicos, también aumenta la tensión entre ellos. Se suponía que lo suyo solo iba a ser algo sexual, temporal y mutuamente placentero. Sin embargo, al darse cuenta de que le es imposible mantenerse alejada de Lukas, Scarlett comprende que quizá su corazón se esté adentrando en aguas peligrosas…

«A la hora de la verdad, eres una valiente. Intenta recordarlo, ¿vale?»

Lukas

Hay lecturas en las que te zambulles por completo desde las primeras páginas, que te absorben y te atrapan de una manera especial, haciendo imposible dejar de leer, sorprendiéndote por cómo has pasado horas que se sienten como segundos perdida en sus páginas. Ali Hazelwood consigue crear esa sensación en mí con cada uno de sus libros. Una vez empiezo, ya no hay manera de parar.

Caída libre no ha sido una excepción. Su última novela —aunque ya tiene anunciadas al menos dos más que se publicarán pronto— nos lleva de vuelta a la universidad con un sport romance en el que se pueden apreciar muchos de los ingredientes característicos de Hazelwood: una protagonista que destaca en lo que hace pero no es consciente hasta qué punto, un protagonista que queda prendado de ella, un ambiente competitivo y un romance no falto de complejidades externas.

Y es que quizás una de las cosas que más me atrapa de las novelas de Hazelwood es su construcción de las relaciones, pues estas siempre parten de una gran admiración, están repletas de respeto y debo admitir que tengo cierta debilidad por los hombres «cuidadores» que crea. Sus personajes masculinos enamoran, pero es que los femeninos casi siempre inspiran admiración.

La madurez que ya se notaba en No es amor, a la hora de escribir y desarrollar la historia, continúa en Caída libre que también la siento como más perfectamente construida, con personajes —tanto protagonistas como secundarios— más complejos y repletos de matices y grises, y donde los elementos encajan de manera más armoniosa y parecen más pulidos que en sus primeras novelas, que quizás, en cambio, eran algo más frescas. (No me malentendáis, las adoro todas y todas son especiales a su manera.)

Y de nuevo, el componente sexual tiene un papel importante, pues en estas dos novelas Ali ha tendido a involucrar este factor como algo muy significativo, que aporta matices importantes al desarrollo y al concepto de los personajes. Aun así, debo reconocer que estoy de acuerdo con reseñas que he leído que afirman que no hay nada «duro» en esta novela, sino más bien un acercamiento ligero a los intercambios de poder —idea con la que ya se había jugado anteriormente en otras novelas suyas—, pues creo que no se ha utilizado para darle una sensación morbosa, sino para perfilar detalles de los protagonistas.

Así, Caída libre es una muestra más del arte de Ali Hazelwood para enamorarnos con sus historias, que no hace sino mejorar. Una novela donde todos los elementos encajan con naturalidad, con personajes complejos y llenos de matices, y uno de esos romances que te mantienen atrapada de principio a fin.

Mysig
Adjetivo sueco
Acogedor. Cálido. Reconfortante. Cualidad de compartir un momento agradable con una persona cuya compañía se disfruta.

Valoración: