Ficha Técnica

Sinopsis:

Recién comprometidos, Emily y Luke, una próspera pareja de Nueva York, no se cansan el uno del otro. Cuando surge un codiciado ascenso en su despiadada empresa financiera, los intercambios de apoyo entre los amantes comienzan a agriarse hasta convertirse en algo más siniestro. A medida que la dinámica de poder cambia irrevocablemente en su relación, Luke y Emily deben enfrentarse al verdadero precio del éxito y a los desconcertantes límites de la ambición.

«No me metí en esto para ser una heroína. Ni tú tampoco. Así que no me juzgues porque esto se me de mejor que a ti.»

Emily

Una película dramática en la que todo parece dirigido a general tensión: la música, la luz, los planos… Todo juega para incrementar la sensación de malestar que se siente en el ambiente y que se trasluce por los tonos ocres y la oscuridad de las escenas. Ni si quiera en su inicio, cuando todo parece ir bien, consigues desprenderte de esta sensación.

Juego limpio retrata un ambiente hostil, dominado por las envidias, las vejaciones, una cierta sensación de indefensión y, sobre todo, un machismo francamente desagradable. Aquí la moralidad, las formas y la ética no parecen importar nada siempre que se haga dinero. Y toda esa hostilidad y mentalidad parece impregnarlo todo, corromperlo todo, hasta dominar por completo el ambiente y, por supuesto, a los protagonistas.

Emily parece encarnar la fragilidad que domina toda la situación y que es en parte causante de la tensión, por la constante amenaza de que todo se desmorone, de que todo fracase. Y todo parece presionarla por todos lados al mismo tiempo: el trabajo, la sociedad, su madre, Luke… para que haga más, como si tuvieran que incidir en la idea de que no es suficiente.

Mientras que Luke representa de una manera muy clara la envidia, las masculinidad tóxica y la fragilidad del ego masculino que esta conlleva. Y esto se ve en la manera en la que macha a Emily por unas actitudes y unos comportamientos que él replicaría sin dudar en su posición, es más, le recrimina cosas que él mismo hace de manera aún más exacerbada que ella: el servilismo, la sumisión hasta el patetismo, etc.

Así, ambos personajes parecen ir corrompiéndose cada vez más por la situación mientras la escalada de violencia, de las malas palabras y la degradación del otro no hace sino crecer a la vez que tratan te aplastarse entre ellos con sus propias inseguridades.

Es un retrato duro de hasta cómo podemos dejarnos llevar por la situación, hasta que punto puede llegar a dominarnos. Y creo que esta película lo retrata muy bien. Hace un gran uso de los paralelismos y de las repeticiones, para mostrar los contrastes y la evolución, desde la primera escena de sexo en el baño, hasta la última. Lo único que parece permanecer son las mentiras, desde las que tejen entre ellos al principio, hasta las que elaboran contra el otro al final.

Un retrato bastante macabro de la ambición, las envidias, la hostilidad y corporativismo arcaico que acaban por corromperlo todo, sucumbiendo a la peor violencia.

Valoración: